PSOE y el ave fénix 

   El PSOE tiene que poner orden en casa y definir su propia y unívoca voz -francamente afónica-, en medio del caos. Muy lejos de recuperar su hegemonía como motor de la sociedad en el horizonte, tiene poco tiempo para salvar los muebles, apuntalar y reconstruir el armazón -tocado de aluminosis y algún riesgo de derrumbe-. Y, sobre todo, cuidarse de caballos de Troya y de los buitres que acechan en el ocaso de las ideologías para aplastar su debilidad. Además de un PP depredador que ya huele la sangre y ya no apela solo a la abstención técnica, en una versión deplorable del imperante darwinismo político, la ley de la selva donde sobrevive el más fuerte…a costa del más débil…
   Sabemos que el PSOE se reinventará, cual necesaria ave fénix. Con nuevas propuestas, en la cocina de ideas de Ferraz, creará un ritmo nuevo que genere un torrente de ilusión y vuelva a conquistar a la ciudadanía, porque volverá a su debido tiempo la entropía política que equilibrará este desconcertante mosaico de piezas sin puzzle. Pero para entonces, tras no pocos cadáveres políticos en la cuneta, quizá sea tarde para muchísimos ciudadan@s desheredados del sistema, víctimas de una estructura neoliberal que ha consolidado la enorme fractura social de la ‘Gran Recesión’ -en román paladino, la ‘puta crisis’-. Muchos de esos ciudadan@s que ni se molestan en votar -¿para qué?-, ni se molestan en manifestarse o definirse -¿para quién?-, otro síntoma más del importante déficit democrático que afecta no solo a los políticos profesionales.
   La socialdemocracia europea -es un fenómeno global, no solo afecta al PSOE-, ha renunciado a demasiados objetivos de igualdad para quedarse en muchos aspectos con la mera herencia de unos símbolos, vacuos como un oasis sin agua si no están sustentados en valores sólidos. Cada vez tenemos a más gestores, burócratas y tecnócratas, y a menos políticos puros. 
   Y es que, en algunos momentos de la Historia, es preferible quemarlo todo y renacer de las cenizas con la fuerza que lo transforma todo. Como el ave fénix.
   

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